Hoy nos despedimos de William Labov, una de las figuras más influyentes de la lingüística de los siglos XX y XXI, quien falleció a los 97 años rodeado del cariño de su esposa, Gillian Sankoff, y de sus más cercanos. Su legado no solo transformó la forma en que entendemos el lenguaje, sino que dejó una marca imborrable en cada rincón de esta disciplina, desde la sociolingüística variacionista hasta el estudio de las comunidades lingüísticas. Para el Laboratorio SQ-Lingüistas Forenses, su pérdida resuena especialmente. Labov no solo es el padre de la sociolingüística moderna, sino que su impacto se extendió a nuestra mentora, M. Teresa Turell, quien tuvo el honor de rendirle el elogio cuando fue investido como Doctor Honoris Causa por la Universitat Pompeu Fabra en 2011. Ese momento simbolizó la conexión entre generaciones de lingüistas comprometidos con la búsqueda de la verdad en el lenguaje. William Labov marcó un antes y un después en la investigación lingüística con estudios como The Social Stratification of English in New York City (1966), que revolucionó la forma en que entendemos la relación entre el lenguaje, la sociedad y el cambio. Su trabajo en Martha’s Vineyard en 1961 sentó las bases para explorar cómo los hablantes usan el lenguaje no solo para comunicarse, sino también para expresar identidad y reclamar derechos simbólicos. Labov veía en el lenguaje una herramienta para "captar el pulso de la humanidad", como solía decir. Defendió a las minorías lingüísticas, trabajó para entender las variaciones del inglés afroamericano y, con un enfoque empírico y cuantitativo, redefinió lo que significa estudiar una lengua. Desde este laboratorio, donde su influencia sigue viva en nuestro trabajo en lingüística forense, queremos expresar nuestra gratitud por su legado. Labov no solo transformó la lingüística; nos dejó una metodología rigurosa, un compromiso con la verdad y una vocación por acercar la lengua al mundo real. Sus ideas siguen resonando en cada rincón de la lingüística moderna, como cuando abordamos cuestiones como la autoría de textos o el análisis del discurso en contextos legales. Como alumnos de alumnos, somos testigos de cómo sus enseñanzas se entrelazan con nuestro trabajo diario, como lo hizo con nuestra mentora M. Teresa Turell y tantos otros lingüistas alrededor del mundo. Hoy, recordamos a Labov no solo como un académico brillante, sino como un faro que nos mostró cómo el estudio del lenguaje puede ser una forma de entender a la humanidad misma. Su trabajo y su visión perdurarán en las bibliotecas, en las aulas y en cada rincón donde se estudie el lenguaje. Gracias, William Labov, por enseñarnos que la lengua no solo describe el mundo, sino que lo transforma. Hasta siempre, William Labov Fuente: https://www.flickr.com/photos/universitatpompeufabra/7368170884/in/album-72157630055875689/
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